Historia de México -Unidad 1- "La nueva España" 1.6

*Artes, ciencias y cultura en la Nueva España

En un amplio sentido la vida colonial significó un proceso intenso y abigarrado, determinado por el mestizaje; sobre las ruinas de México Tenochtitlan se levantó materialmente la construcción de la Nueva España. Las monumentales catedrales y edificios públicos reciclaron los antiguos basamentos de piedra de los teocallis indígenas, y “la grandeza mexicana” como llamó Bernardo de Balbuena a la nueva capital del virreinato español, se cimentó en las raíces vivas del México precolombino.

Esta fusión racial y lingüística de la sociedad novohispana, y muy a pesar de la vanidosa y segregacionista actitud de los peninsulares, motivó un rico florecimiento artístico y cultural durante los siglos XVI, XVII y XVIII. El México virreinal fue magnánimo en diversos estilos arquitectónicos como el romá­ nico, gótico, isabelino, renacentista o barroco. Las obras arquitectónicas de Manuel Tolsá, como la fachada de la catedral metropolitana y su cúpula, así como la escultura ecuestre de Carlos V en el Palacio de Minería, son ejemplos que revelan la diversidad de estilos coloniales. También el antiguo Colegio de San Ildefonso y El Jardín Botánico distinguen el embellecimiento urbano de la Nueva España. Las costumbres y tradiciones europeas arraigadas en la Nueva España adquirieron personalidad propia; la comida incluía una gran variedad de elementos mestizos, al igual que la vestimenta, las creencias, las artes y la lengua. El castellano se enriqueció con voces y giros locales, africanos, antillanos y con mexicanismos. Desde el siglo xvi la imprenta llegó a América y en las universidades y colegios se implantó la escritura fonética occidental, pero la producción de códices en papel amate se continuó como una tradición durante los siglos de vida colonial.

La educación en la Nueva España estuvo siempre en manos de la Iglesia. En 1551 se fundó la Real y Pontificia Universidad de México, donde se impartía teología, derecho civil y canónico, medicina y artes. En Michoacán y en Guadalajara se establecieron colegios bajo la dirección de clérigos, quienes se formaban en el sacerdocio e inculcaban artes y oficios para la población indígena. Franciscanos, dominicos, jesuitas y agustinos impulsaron el teatro de evangelización, el estudio de lenguas como el náhuatl, el purépecha y el maya, a la vez que mantuvieron vivas las gramáticas latina y griega. Durante la época colonial los jesuitas fueron una orden que destacó por su desempeño como difusores de la cultura y del humanismo. Estudiaron a los clásicos grecolatinos y a los pueblos indígenas de Mesoamérica. A ellos les correspondió introducir La Enciclopedia en América y la formación de los criollos en colegios y universidades.

Por su parte la pintura, la escultura, la arquitectura, la talla en madera, la herrería, los vitrales, y la alfarería contenían características híbridas, pues se sometían a cánones impuestos por los modelos europeos pero reflejaban el espíritu artístico de las manos indígenas. La laudería, arte de fabricar instrumentos musicales, adquirió rasgos singulares y timbres únicos. Músicos como Juan de Lienas incluyeron el huhue y sonajas autóctonas en sus composiciones corales y misioneros como fray Andrés de Olmos compusieron piezas de teatro en náhuatl.

España aportó técnicas e instrumentos de precisión como el telescopio, la brújula y el sistema de pesas y medidas occidental; además de la rueda, el arado y el empleo de bestias de carga. De origen mesoamericano fueron el juego de pelota, el arte plumario, el tabaco y ciertos conocimientos de herbolaria que a través de los siglos han permanecido en nuestra cultura. El culto a la Guadalupana es un vivo ejemplo de la mezcla entre la tradición cristiana y las creencias indígenas en torno a Tonantzin, aunque se ubica como una tradición tardía hasta el siglo XVIII.

En esta época la religión se reflejó en las artes y las letras. Las primeras escuelas fueron fundadas por misioneros. Entre ellas destacan el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, el Colegio de San Juan de Letrán, el Colegio Mayor de Santa María de Todos los Santos, el Colegio de San Pedro y San Pablo y el Colegio de San Ildefonso. Entre las obras de la Colonia se destacan:

♦ Vocabularios y gramáticas: Vocabulario Castellano, de Alonso de Molina 
♦ Crónicas de religiosos: Monarquía Indiana, de Juan de Torquemada 
♦ Obras sobre el pasado indígena: Historia de la Nación Chichimeca, de Fernando de Alva Ixtlixó- chitl, así como la Antigua Historia de México, escrita por Franscisco Javier Clavijero en el siglo XVIII
♦ Obras de carácter histórico: Historia de los indios de la Nueva España, de Toribio de Benavente (Motolinia)

En literatura destacaron Bernardo de Balbuena, Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Ruiz de Alarcón, Carlos de Sigüenza y Góngora, Francisco Xavier Alegre y Francisco Xavier Clavijero. En teatro se distinguieron Agustín de Betancourt y Juan Ruiz de Alarcón.

Durante el siglo xvi surgieron los estilos propios de España: renacentista, herreriano y plateresco y un siglo más tarde se dio la transición del Renacimiento al Barroco. 

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