Historia de México - Unidad 3 - "México independiente (1821-1854)" 1.1

*Los primeros proyectos de organización política


El proceso de independencia que vivió México fue prolongado y complicado, dejó un saldo muy alto en pérdidas humanas y en costo económico y político. El resultado logrado con la consumación de la independencia fue engañoso, pues no tuvo la fuerza suficiente para romper con los lazos españoles y para consolidar una nación plenamente soberana. Borbonistas e iturbidistas en alianza con sectores altamente conservadores, pretendieron mantener esquemas monárquicos con la subordinación del Estado a una Iglesia oficial y con un programa político reservado para un emperador español, o incluso para Fernando VII.

Los grupos mejor organizados y con mayor fuerza política y social eran el clero y la milicia, sectores que impedían la transformación de la vida nacional conforme con las aspiraciones de la independencia y los cuales se esforzaron durante más de 50 años por mantener esquemas coloniales a favor de sus privilegios. La inestabilidad política y el debilitamiento de la soberanía nacional fueron rasgos de México entre 1821 y 1854, incluso en las décadas posteriores, aunque las reformas liberales establecidas a partir de la Revolución de Ayutla representan una nueva etapa histórica que se analizará más adelante.

El primer intento de organización política de la nación mexicana al consumarse la independencia, lo emprendió el propio Iturbide al frente de una Junta Provisional Legislativa y de una Regencia con funciones ejecutivas que él mismo representó. Al establecerse un congreso constituyente en 1821, borbonistas, republicanos e iturbidistas se dieron cuenta de que no estaban de acuerdo en la construcción de un mismo proyecto nacional. Con la negativa de España para reconocer el Tratado de Córdoba y sin lograr ponerse de acuerdo sobre el modelo político que convenía a México, la coyuntura favoreció inicialmente a Iturbide, quien se consagró emperador en mayo de 1822. Pronto las dificultades económicas obligaron a Iturbide a imponer préstamos forzosos que desataron protestas. A finales de octubre, Iturbide disolvió al congreso e impuso una junta de gobierno. Antonio López de Santa Anna, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero se rebelaron y restauraron el parlamento en febrero de 1823 con el llamado Plan de Casa Mata. Iturbide tuvo que abdicar al trono en mayo de ese año. Ahora la balanza se inclinó a favor de un sistema republicano.

En 1823 se convocó a un Congreso Constituyente, el cual inmediatamente se dividió en dos grupos: 

  • Los federalistas;quienes buscaban un mayor reconocimiento de la autonomía de las provincias. Dirigían Miguel Ramos Arizpe y Valentín Gómez Farías.
  • Los centralistas; quienes deseaban un gobierno fuerte que evitara el desmembramiento del país. Dirigían Lucas Alamán y Carlos María Bustamante.

Este Congreso nombró un triunvirato, sus integrantes: Pedro Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria. Las discusiones del Congreso se centraron en la organización, el funcionamiento del gobierno y en establecer el principio de soberanía popular.

Para 1824 se promulgó una constitución de régimen federalista y representativo; además se estableció la división de poderes con un presidente, un congreso bicameral y una Suprema Corte de Justicia. No era un régimen liberal en sentido cabal, pues los conservadores lograron establecer el catolicismo como religión oficial y preservar fueros militares y religiosos. 

Al tomar como base las constituciones de Estados Unidos y España (Cádiz de 1812), se promulgó la Constitución de 1824, cuyas características son: 

♦ Adoptar la forma de gobierno republicano 
♦ Adoptar el sistema federal de gobiernos 
♦ Otorgar garantías individuales 
♦ Garantizar libertad de prensa y de pensamiento 
♦ Dividir los poderes en tres: ejecutivo, legislativo y judicial 
♦ Establecer un periodo presidencial de cuatro años 
♦ Establecer a la religión católica como única y oficial (intolerancia religiosa) 
♦ Conservar los privilegios del clero y del ejército 
♦ Dividir al país en 19 estados y cuatro territorios 
♦ Otorgar el poder ejecutivo a un presidente y un vicepresidente, quienes serían elegidos por el pueblo  

La debilidad política fue una constante durante las siguientes décadas y la permanencia de diferentes personajes al frente del poder ejecutivo fue fugaz y plenamente vulnerable. No había en realidad un proyecto unificado de nación ni un liderazgo sólido de ningún bando o caudillo. En estas circunstancias el general Antonio López de Santa Anna ejerció una gran influencia política y en numerosas ocasiones se levantó y derrocó gobiernos de tipo centralista o de tipo federalista para apoyar y quitar a diferentes presidentes, e incluso para ocupar él mismo la silla presidencial, hasta 1855, cuando el general Juan Álvarez lo derrocó definitivamente al frente del Plan de Ayutla.

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